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«Yo también quiero ser santo»: Motus Christi internacional en Salamanca

By 16 agosto, 2019No Comments

¿En qué punto de mi vida estoy?, ¿cómo es mi relación con Dios?, ¿vivir la santidad en común?, fueron preguntas importantes que profundizaron jóvenes de diversas partes del mundo entre los días domingo 4 al miércoles 7 de agosto, en Salamanca, España. Se trata de un Motus Christi internacional que contó con jóvenes provenientes de Alemania, Bolivia, Brasil, Camerún, Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, India, Italia, México, Perú y Polonia, muchos de los cuales ya se conocían porque venían de participar en la sesión plenaria del Parlamento Universal de la Juventud (PUJ), realizado días antes también en Salamanca. El Motus fue presidido por ambos Secretarios Generales de las Misioneras y Misioneros Identes, respectivamente María Fernanda Lacilla y Gabriel Córdoba, y se desarrolló en la casa de retiro de los Padres Restauradores Dehonianos.

Desde el domingo ya se percibía el ambiente de familia y la cálida acogida de todos. El programa diario favoreció la convivencia con intensidad y paz a la vez. El día comenzaba con el ósculo, nuestro beso a Cristo, y rezo del trisagio, oración a María que recitan los misioneros Identes. Después, el desayuno, charla, media hora de oración ante Cristo, break, comunidades por países, almuerzo y descanso. Por la tarde se tenía la misma dinámica que en la mañana, culminando con la Eucaristía alternando entre español e inglés, cena y por las noches un íntimo momento de testimonios de misioneros Identes, rezo del trisagio y ósculo.

Desde la primera charla el domingo, impartida por Eleanna Guglielmi, se planteó de forma enérgica preguntas que cuestionaron a los asistentes, ¿dónde estoy?, ¿qué me impulsa a tomar decisiones?, ¿busco vida en los demás?. Se puntualizó el tema de los apegos y de tener un amor verdadero con Cristo, lo cual fue acogido seriamente por los jóvenes compartiendo ampliamente en las comunidades. Por la noche abrieron las puertas de su corazón los misioneros Grecia, de Perú, y Emanuele, de Camerún, quienes con gran diversidad mostraron la hermosura de la vocación joven que quiere amar cada día más a Cristo, y el cambio interior del deseo de querer ser el “mejor matemático del mundo” a entregar la vida a Cristo.

Ya el lunes tuvo lugar la segunda charla, impartida por María Isabel Chacón, que trató sobre la oración continua. Esta “implica todo mi ser”; “muchas veces queremos todo sin renunciar a nada, sin embargo debemos aprender a dejarnos hacer por Dios”. Por la tarde de este día tuvo lugar la charla de María Fernanda Lacilla sobre “Dios es Amor y hemos creído en Él” explicando que “nos conocemos en la medida que vamos conociendo a Dios”, por lo que “debemos aprender a descubrir el toque que imprime en nosotros Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo”. También habló de la pureza de corazón que significa no guardar nada para sí mismo. Este día por la noche tuvo lugar una liturgia penitencial que facilitó la confesión de los jóvenes siendo un espacio de verdadero encuentro y reconciliación con las Personas Divinas, quedando con la misión de rezar por la vida de unos por otros.

A continuación y mientras seguían las confesiones se expuso la labor de las misiones identes en Tailandia, Camerún y Nueva York, explicadas por misioneros que viven en estos lugares. Por la noche dieron sus testimonios Akemi, de Bolivia, y Jean, de Camerún, quienes hicieron “reír y llorar” con sus vivencias del amor a Cristo y a su Iglesia, no dejando solo al Papa “con la mochila a cargo de la Iglesia” y de la entrega en medio de complejas situaciones que se dan en el mundo juvenil.

El martes ya se percibía un crecimiento en el ambiente comunitario por el cariño con que se compartía en la mesa y en los momentos libres, en donde los jóvenes expresaban que “todos éramos como una gran familia, hablando un mismo idioma y compartiendo la riqueza de la fe”. Por la mañana nuestro hermano Vicente Romero realizó la charla sobre “Vivir la santidad en común”, que “nos exige una entrega completa”, “en una comunidad presidida por Cristo transformamos a los demás y los demás nos transforman, estando plenamente abierta al mundo”. Por la tarde Gabriel Córdoba impartió una charla sobre el llamado a la santidad, que implica el anuncio del evangelio, refiriéndose a la libertad que conlleva la unión con Cristo. “Si alguno me ama guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él” Jn 14,23; “debemos ser apasionados por el Señor, quien nos enseña a través de Marta y María que lo primero es la escucha y luego la acción”.

En este día tuvo lugar una velada en donde se proyectó el documental “Sed Santos”, sobre el carisma idente, recibido con genuino interés por los jóvenes, que quedaron impactados por la fuerza y figura del fundador Fernando Rielo, haciendo variadas preguntas de todo tipo sobre su vida y obra. Antes de ir a descansar dieron sus testimonios Michele, de Camerún, y Teodoro, de Ecuador, manifestando que “el Padre colma las expectativas y rompe las barreras que nos ponemos para no escucharle… con verdadero amor y consuelo en la vida comunitaria”. Como broche de este día compartieron su impresión los primeros jóvenes que debían marcharse antes, quienes enlazaron las herramientas recibidas en el PUJ con el Motus, y en donde especialmente conmovió el testimonio de Eder, el participante más joven, de 17 años, y miembro del pueblo indígena otavalo. Con verdadera unción y emoción manifestó “yo también quiero ser santo”.

Y como si se hubiese vivido mucho y poco a la vez llegó el miércoles, último día del encuentro. Por la mañana, después del rezo del trisagio a San José y desayuno, se compartió el “toque carismático” de cada joven, que expresaron con sencillez y apertura la riqueza de las gracias recibidas en su corazón. Mencionaron principalmente una inmensa gratitud por el encuentro del amor infinito y misericordioso de Dios, el regalo y milagro de haberse sentido todos uno en Cristo siendo tan diferentes, las barreras que se habían roto en su interior y el sentido de pertenencia a una gran familia de hermanos, valorando como un tesoro el carisma Idente. Muchos han visto removerse las aguas en su interior queriendo dar pasos definitivos en sus vidas. Terminaron Gabriel y María Fernanda quienes manifestaron que “se notó el paso del Espíritu Santo con lágrimas que limpiaron nuestro corazón” y que “el Evangelio es actuante vida en nosotros, Cristo quiere estar siempre en nosotros, en comunidad…”. Tras la Misa de clausura que fue una verdadera Misa de envío se hizo entrega del Evangelio a los jóvenes (previamente se les había entregado el trisagio) a fin de que lo encarnasen fielmente en sus vidas y lo expandieran por todos los rincones del mundo. Damos gracias al Padre Celestial por estos días de verdadero Cielo en donde contamos con la oración de miles de personas en todo el mundo, la cual seguiremos impetrando por los frutos de santidad en los jóvenes que asistieron y su misión en los lugares que la Providencia les depare.