El sábado 25 y el domingo 26 de noviembre pasados, en nuestra parroquia de San Bartolomeo Apóstol, en Ponte a Cappiano, Fucecchio, tuvieron lugar dos Motus Christi para los chicos de la catequesis, divididos por edades. El sábado había alrededor 20 niños de 11 y 13 años, mientras que el domingo había alrededor 36, de entre 8 y 10 años.
Es ya habitual para los niños y adolescentes de nuestras parroquias (San Bartolomé Ap. y San Gregorio Magno en Torre) hacer dos Motus Christi al año: uno como preparación de la Pascua y otro antes de Navidad. Además, en otros momentos de el año también lo proponemos a los niños en preparación de la Primera Comunión y de la Confirmación.
La participación de los chicos al Motus aumenta su alegría y serenidad pues regresan a sus casas con muchas ganas de repetir la experiencia. El encuentro suele ser por la mañana, comenzando con la explicación de la palabra Motus Christi, anticipando que escucharán una pequeña reflexión sobre una parte del Evangelio y que durante este tiempo siempre habrá al menos una persona que permanezca en la Iglesia para orar por ellos. Luego se procede con la explicación y oración del Trisagio.
Este año, el tema de reflexión fue elegido específicamente para preparar los corazones a la llegada de Jesús y fue el capítulo 2.1-12 de el Evangelio de san Mateo, que habla de la adoración de los Reyes Magos. Nuestra hermana Renata les contó este episodio evangélico así como y la importancia de empezar a caminar hacia Jesús como lo hicieron los pastores y los santos magos, y enfatizó que para hacerlo a veces es necesario dejar nuestras comodidades tal como lo hicieron ellos. Luego resaltó un segundo aspecto en el que todos podrían reflexionar, es decir, si tenemos nuestro corazón listo y preparado para la venida de Jesús o si hay algunas cosas que debemos “resolver” dentro de nosotros mismos, en nuestro comportamiento. Sobre todos estos temas, los niños y los chicos se expresaron abiertamente y con disposición a compartir en grupos dirigidos por una misionera o una catequista.
El almuerzo y los juegos hechos por la tarde crearon una atmósfera de alegría. El Motus terminó con el toque carismático de cada uno. Realmente es una gracia ver lo felices que son de compartir lo que sienten, inocentes y honestos, abiertos a hablar sobre sí mismos y su relación con Jesús y sus dificultades. El clima que se respiraba era muy entrañable porque confiaban mucho en las misioneras y las catequistas. De hecho, incluso para las catequistas los Motus Christi son momentos especiales en los que se profundiza el mensaje de Cristo y lo que significa la vida con Él.