“¡Bienvenidos a casa!”. Así fue el lavatorio de los pies en la Parroquia de San Mateo, en Roma, con todos los niños que se preparan para recibir la comunión y la confirmación. Este año los misioneros Identes han puesto a los niños al centro de toda la liturgia de Semana. “¿El párroco nos lava los pies?”, “¡No!”, “¡Qué fría el agua!”; y algunos reían en silencio. Sin embargo, en el momento en el que p. Alberto les besaba los pies se notaban sus rostros sorprendidos, atentos y en recogimiento. Desde hace años no se venía tanta gente a la misa del Jueves Santo; la iglesia estaba completamente llena.
Ayer Cristo decía a cada uno de los niños y a cada uno de nosotros: “Ahora tu morada soy Yo. Yo me ocuparé de tu polvo; no es tu deber quitarlo. Bienvenido a casa, te pertenezco”.