En la tarde del 14 de septiembre del 2022, nuestro hermano Ditto Subin, M.Id, fue acogido a la orden de diáconos, y fue ordenado por Su Eminencia Joseph Kalathiparambil, el arzobispo de Verapoly, Kerala, India en la iglesia de St. Pius, Kalamassery. Fue una ocasión gozosa para los Misioneros Identes, especialmente en la provincia de la India, siendo la primera ordenación diaconal en esta provincia.
La celebración tuvo gran importancia para los misioneros y la Iglesia Católica, ya que en este mismo día se celebraba la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. En esta ocasión se celebra el ofrecimiento total de uno mismo, así como Cristo se elevó en la cruz. El arzobispo Joseph nos lo recordó en su homilía, afirmando que la vida de un diacono es servir a Cristo, entregándose completamente a Cristo y fiel a lo que la iglesia le requiere. También animó al hermano Subin a vivir en oración continua, como el Fundador de los Misioneros Identes les pedía a sus hijos, pues este ejemplo servirá para animar a la gente joven a seguir el camino de Cristo.
La santa misa inició con la procesión del hermano Subin, acompañado de sus padres, seguido por los sacerdotes y el arzobispo. La celebración Eucarística fue concelebrada por el P. Martin Panakkal M.Id (Superior Provincial en funciones), P. Dinov Rebera (Secretario del Arzobispo), P. Sebastian Vattaparambil (Rector del Seminario Menor de San José en el Sur de Kalamassery), P. Josy Kochappilly (Director del seminario de Kolbe), P. Antony Arackal (Sr. Manager de la escuela secundaria de St. Paul’s International), P. Denny Peringat (Manager – AISAT), P. Varghese Chempoly (OFM Cap, Guardian, St. Francis Assisi Casa Provincial), y P. Biju Choothamparambil, M. Id.
Los padres de Subin habían viajado desde Tamil Nadu, su lugar natal, junto con sus hermanos, parientes y amistades. Su testimonio decoró la celebración de oración y alegría. Además de sus parientes, estuvieron hermanas y hermanos religiosos de diferentes congregaciones, que oraban con los feligreses por el hermano Subin, durante la celebración Eucarística. Después de la Santa Misa hubo refrescos en el salón parroquial, donde los Misioneros y Misioneras Identes, familiares y amistades saludaron al hermano Subin.
El 18 de septiembre, el hermano Subin sirvió como diácono en la casa provincial de los Misioneros Identes, ante la presencia de los superiores provinciales de hermanas y hermanos, expresando su agradecimiento a todas las personas que le ayudaron a perseverar en el llamado a la vida consagrada, especialmente a sus padres. En esta ocasión el recordaba también el ánimo del Presidente y Superior General de los misioneros Identes a vivir el carisma con fidelidad. Al final de la celebración el P. Luis Casasús, presidente de los Misioneros Identes, se conectó via Google meet para felicitar al hermano Subin en este día hermoso. Durante su discurso, agradeció al hermano Subin por dar este paso tan importante en su vida y por la fidelidad al carisma Idente.
El día 25 de septiembre, el hermano Subin viajó a su lugar natal y sirvió como diácono en su parroquia junto con el asistente del párroco. Los feligreses y amistades, especialmente sus compañeros de clase, le felicitaron.
El hermano Subin ingresó en el Instituto Id de los Misioneros Identes en 2008, después de haberles conocido en su lugar natal. Luego fue trasladado a Nueva York en 2014 para realizar sus estudios superiores tras recibir los votos temporales en 2011. Completó sus estudios sacerdotales en el seminario de St. Joseph en Yonkers, Nueva York, mientras servía en las parroquias administradas por los Misioneros Identes en el Bronx y Long Island, Nueva York.
El enlace de las fotos a continuación
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!["El mundo puede cambiar desde el corazón"
(Papa Francisco, Encíclica Dilexit Nos)
"El Corazón de Cristo es éxtasis, es salida, es donación, es encuentro. En él nos volvemos capaces de relacionarnos de un modo sano y feliz, y de construir en este mundo el Reino de amor y de justicia. Nuestro corazón unido al de Cristo es capaz de este milagro social.
Tomar en serio el corazón tiene consecuencias sociales. Como enseña el Concilio Vaticano II, «tenemos todos que cambiar nuestros corazones, con los ojos puestos en el orbe entero y en aquellos trabajos que todos juntos podemos llevar a cabo para que nuestra generación mejore». Porque «los desequilibrios que fatigan al mundo moderno están conectados con ese otro desequilibrio fundamental que hunde sus raíces en el corazón humano». [21] Ante los dramas del mundo, el Concilio invita a volver al corazón, explicando que el ser humano «por su interioridad es, en efecto, superior al universo entero; a esta profunda interioridad retorna cuando entra dentro de su corazón, donde Dios le aguarda, escrutador de los corazones (cf. 1 S 16,7; Jr 17,10), y donde él personalmente, bajo la mirada de Dios, decide su propio destino».
Esto no significa confiar excesivamente en nosotros mismos. Tengamos cuidado: advirtamos que nuestro corazón no es autosuficiente; es frágil y está herido. Tiene una dignidad ontológica, pero al mismo tiempo debe buscar una vida más digna. Dice también el Concilio Vaticano II que «el fermento evangélico ha despertado y despierta en el corazón del hombre esta irrefrenable exigencia de la dignidad», aunque para vivir conforme a esa dignidad no nos basta conocer el Evangelio ni cumplir mecánicamente lo que nos manda. Necesitamos el auxilio del amor divino. Acudamos al Corazón de Cristo, ese centro de su ser, que es un horno ardiente de amor divino y humano y es la mayor plenitud que puede alcanzar lo humano. Allí, en ese Corazón es donde nos reconocemos finalmente a nosotros mismos y aprendemos a amar."](https://www.idente.org/wp-content/plugins/instagram-feed/img/placeholder.png)
