A pocos días de la inauguración del VII Congreso Mundial de Metafísica, que tendrá lugar del 24 al 27 de octubre en la Universidad Pontificia de Salamanca (España), ya están confirmados cerca de 200 participantes procedentes de numerosos países de Europa, Sudamérica, Norteamérica, África y Asia. El evento lo organizan la Cátedra Fernando Rielo de dicha universidad, la Fondazione Idente di Studi e di Ricerca, la Fundación Idente de Estudios e Investigación y la Fundación Fernando Rielo.
En esta edición, el congreso se centrará en el papel que tiene la metafísica en la fundamentación e integración de todas las ciencias aplicadas a la vida (ciencias físicas, biológicas y sociales); en la reflexión en torno a la medicina, al derecho, la economía, las artes; la pacífica convivencia entre los pueblos y tradiciones religiosas, y en la búsqueda de un modelo interpretativo de la persona humana, con sus implicaciones científicas, sociales y jurídicas. Para ello, el congreso se estructura en siete ejes: ciencia, cultura, persona, teología, religiones, educación y terapia.
La conferencia inaugural estará a cargo de Jesús Conill Sancho, Catedrático de Filosofía Moral de la Universidad de Valencia y la de clausura la impartirá José María López Sevillano, Presidente de la Escuela Idente. Las ponencias están estructuradas en cinco mesas redondas en las cuales destacan las intervenciones de los españoles César Nombela Cano, Catedrático de Microbiología y rector honorífico de la UIMP; Julio Martínez, Rector de la Universidad Pontificia Comillas; Graciano González, Catedrático de Ética de la Universidad Complutense; Ricardo Piñero, Catedrático de Estética de la Universidad de Navarra y Agustín Domingo Moratalla, Catedrático de Filosofía de la Universitat de València, entre otros. De los ponentes de otros países destacan Marie Jeanne Coutagne, de la Universidad Católica de Lyon (Francia); Mauro Mantovani, Rector de la Universidad Pontificia Salesiana (Italia); Peter Schallenberg de la Facultad de Teología de Paderborn (Alemania) y Elena Lugo, de la Comisión de Bioética P. José Kentenich (Argentina).
Asimismo, se realizarán diez sesiones simultáneas de comunicaciones en las que se presentarán unos doscientos trabajos procedentes de académicos de todo el mundo.
El viernes 26 de octubre, a las 20 h. tendrá lugar el concierto Seis siglos de música sacra, a cargo del Koiné Ensemble, acompañado al órgano por Brais García Maceiras, dirigidos por el maestro Ignacio Yepes, en la Real Capilla de San Jerónimo de la Universidad de Salamanca. Edificio histórico de las Escuelas Mayores (Calle Libreros, 19), como acto cultural del Congreso, y uniéndose a los actos conmemorativos del VIII Centenario de la Universidad de Salamanca.
Para mayor información: www.romemetaphysics.org
!["El mundo puede cambiar desde el corazón"
(Papa Francisco, Encíclica Dilexit Nos)
"El Corazón de Cristo es éxtasis, es salida, es donación, es encuentro. En él nos volvemos capaces de relacionarnos de un modo sano y feliz, y de construir en este mundo el Reino de amor y de justicia. Nuestro corazón unido al de Cristo es capaz de este milagro social.
Tomar en serio el corazón tiene consecuencias sociales. Como enseña el Concilio Vaticano II, «tenemos todos que cambiar nuestros corazones, con los ojos puestos en el orbe entero y en aquellos trabajos que todos juntos podemos llevar a cabo para que nuestra generación mejore». Porque «los desequilibrios que fatigan al mundo moderno están conectados con ese otro desequilibrio fundamental que hunde sus raíces en el corazón humano». [21] Ante los dramas del mundo, el Concilio invita a volver al corazón, explicando que el ser humano «por su interioridad es, en efecto, superior al universo entero; a esta profunda interioridad retorna cuando entra dentro de su corazón, donde Dios le aguarda, escrutador de los corazones (cf. 1 S 16,7; Jr 17,10), y donde él personalmente, bajo la mirada de Dios, decide su propio destino».
Esto no significa confiar excesivamente en nosotros mismos. Tengamos cuidado: advirtamos que nuestro corazón no es autosuficiente; es frágil y está herido. Tiene una dignidad ontológica, pero al mismo tiempo debe buscar una vida más digna. Dice también el Concilio Vaticano II que «el fermento evangélico ha despertado y despierta en el corazón del hombre esta irrefrenable exigencia de la dignidad», aunque para vivir conforme a esa dignidad no nos basta conocer el Evangelio ni cumplir mecánicamente lo que nos manda. Necesitamos el auxilio del amor divino. Acudamos al Corazón de Cristo, ese centro de su ser, que es un horno ardiente de amor divino y humano y es la mayor plenitud que puede alcanzar lo humano. Allí, en ese Corazón es donde nos reconocemos finalmente a nosotros mismos y aprendemos a amar."](https://www.idente.org/wp-content/plugins/instagram-feed/img/placeholder.png)
