Toda la comunidad de misioneras y misioneros identes expresa sus sinceras condolencias por el tránsito a la Casa del Padre de nuestro queridísimo Papa Emérito, Benedicto XVI, el pasado 31 de diciembre.
Como se lee en la carta enviada al Papa Francisco por nuestro presidente, el p. Luis Casasús, “Benedicto XVI fue para toda la Iglesia, y para todos nosotros, un verdadero Pastor, entregando sus muchos talentos de forma ejemplar en su difícil y heroica misión. No podemos olvidar cómo nos acogió elevando nuestra institución a instituto de vida consagrada de derecho pontificio”.
El 24 de abril de 2005, desde el balcón de la Plaza de San Pedro, Benedicto XVI se definía “un simple y humilde trabajador de la viña del Señor”, y de hecho se desvivió por Cristo y por su Iglesia hasta el último instante, en el que exclamó “¡Señor, te amo!”: muestra de que al centro de su vida y de su pontificado había una sola Persona, Cristo.
Como Institución le tenemos una gratitud muy especial porque fue Benedicto XVI quien, el 11 de julio de 2009, año del 50 aniversario de nuestra fundación, elevó nuestra comunidad a instituto de vida consagrada de derecho pontificio. Durante el ángelus del 28 de junio de 2009 nos dirigió estas palabras: «Saludo con afecto de modo particular a los miembros del Instituto Misioneras y Misioneros Identes, venidos a Roma para dar gracias a Dios por la celebración del cincuenta aniversario de su fundación. Invito a todos a fortalecer vuestra fe y esperanza, mediante el trato asiduo con Cristo en la oración, para llevar a todo el mundo el testimonio de vuestro amor a Dios.» (Benedicto XVI)
Gracias, Benedicto XVI, por tu amor a Dios, a la Iglesia, y a la humanidad entera. Gracias por tu vida y tu inteligencia puestas al servicio de Cristo con ejemplar humildad.