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“¡Esta aventura me ha cambiado la vida!” Testimonio del Motus Christi de Resurrección en España

Un pequeño grupo de jóvenes, pero con el corazón muy abierto, se han llenado de gracias durante el fin de semana de Pascua de Resurrección. Nuestro monasterio de la Cabrera en Madrid ha sido el escenario de esta fiesta: la mayor de las celebraciones de nuestra fe católica.

Así la combinación de la maravillosa naturaleza del entorno y el monasterio, han hecho posible el retiro Motus Christi, del 6 al 9 de abril, donde oración, diálogo, música y liturgia nos han llevado de la mano en esta Semana Santa.

Una de las jóvenes nos cuenta su experiencia:

Han pasado algunos días desde que terminó el retiro, y todavía estoy asimilando todo lo que me ha pasado durante los cuatro días que estuve allí. Sentí mucho amor, la felicidad era constante, y yo no podía parar de sonreír. Esta ha sido mi primera experiencia en un retiro espiritual, y pocas horas antes de empezar me acuerdo que me mandaron un mensaje que decía: “Abre el corazón. Déjate amar por el Amor”. Cuando las leí no las entendí, me quedé pensando pero no podía comprender el inmenso significado y valor que iban a tener esas palabras.

He de decir que todavía me cuesta expresar todo lo que estoy sintiendo ahora mismo, son demasiadas cosas a la vez, pero lo que no puedo negar es la sensación de paz y alegría que hay en mi corazón.

Esta aventura me ha cambiado la vida. Veníamos a celebrar la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo, y yo siento que he resucitado con Él. Hay una cosa que nunca voy a olvidar y es el abrazo que me dio el Señor la noche de la Vigilia Pascual. Lo sentí conmigo, sentí su presencia y su amor. Sentía cómo me arropaba y cómo me decía que todo iba a estar bien. En ese momento mis preocupaciones desaparecieron. Éramos solo Él y yo. Casi no podía dormir de la inmensa alegría que habitaba en mi interior. Ahora tengo un corazón ardiente y sediento del amor de Dios. Quiero conocerle y acercarme a Él, porque sé que nunca me va a abandonar ni fallar, y que por muchos errores que yo haya cometido, Él me amará siempre.

Es la primera vez en mucho tiempo que me siento así de bien conmigo misma. He llegado a la conclusión de que teniendo fe y confiando en Dios se pueden lograr muchas cosas y que si además compartes dicha fe y la vives en comunidad te edificas más, y puedes crecer como persona. Nada de esto hubiera sido posible sin la ayuda de una gran amiga, que sin saberlo me ha estado acompañando desde el primer momento en que me conoció. Siempre se lo agradeceré.

Y por último, quiero aprovechar para dar las gracias a la comunidad de misioneras y misioneros Identes por haberlo hecho posible; por haber estado conmigo a lo largo de toda esta experiencia, y en mi camino hacia el Señor.