Después de las dos silenciosas fiestas de Navidad pasadas, este año vuelve con alegría la cabalgata de Reyes en Praga, República Checa. Turistas españoles sorprendidos al ver por las antiguas calles de la capital a sus majestades en camellos, seguidos por masas de gente, como sucede en Madrid o Barcelona. ¿Cómo ha llegado esta tradición típicamente española hasta este país del este de Europa?
Alberto Giralda, misionero idente, nos cuenta el sencillo origen de este evento que en las últimas décadas se ha ido expandiendo desde Praga a cientos de otras ciudades checas, polacas y eslovacas, tocando a millones de personas e impulsando la colecta con fines benéficos más grande del país.
Reyes Magos en la República Checa
Nunca hubiéramos podido imaginar que aquella invitación de la familia Faber a su casa, en diciembre de 1995, iba a tener una proyección de dimensiones europeas. El padre de familia, Štěpán Faber, preguntó si no habría alguna tradición española que pudiera ser transplantada a Praga: Francisco Gallo, Pablo Chacón y yo respondimos inmediatamente: la cabalgata de Reyes Magos.
Ya el primer año, cuando se abrieron las puertas del palacio arzobispal para dar paso a los Reyes en sus camellos, vimos a muchos fotógrafos descargando sus flashes. Estuvieron presentes las tres televisiones principales checas. Al día siguiente, todos los periódicos de la nación traían la noticia, incluso en primera plana. No salíamos de nuestro asombro.
En los veinte años sucesivos, sin interrupción, los misioneros y misioneras con la juventud idente organizamos la cabalgata, cada cinco de enero, y la visita de los Reyes a niños pobres, invidentes, enfermos, huérfanos. Un año, incluso el futuro Nuncio Apostólico en la República Checa, Mons. Tadeo Okolo, nacido en Nigeria, se presentó como Baltasar para esta visita caritativa. La cabalgata fue creciendo en popularidad, de manera que muy pronto los checos empezaron a llamarla “tradición“.
A mitad de camino, los reyes en sus camellos, con sus pajes, con un nutrido acompañamiento de personas revestidas como “pueblo checo“, con pastorcillos y con más pajes; acompañados también por un grupo musical típico, se detenían ante el palacio de la guardia de honor del presidente de la República y tenía lugar el encuentro de los Reyes con Herodes, según la descripción evangélica. En ese momento, aparecía la estrella, que iría guiando a los Reyes y sus acompañantes hasta el Niño Jesús recién nacido. Al final, en la Plaza de Loreto, se reunían algunos miles de personas. Todos escuchaban el mensaje de los Reyes Magos y el saludo del cardenal de Praga, quien siempre enviaba un escrito para la ocasión.
En torno al Belén viviente éramos testigos de momentos de memoria imborrable, como aquella niña que se acercó a saludar a la Sagrada Familia y a los Reyes y vació su alcancía en las manos de Melchor; y los ojos de los niños y de los abuelos, llenos de ilusión y de sueños. También momentos tensos, como aquel 5 de enero, cuando llegaron los Reyes y sus pajes al Belén viviente, y el Belén estaba vacío. Es que alguien se había despistado, y no había anunciado que los Reyes estaban ya cerca. O cuando María con el Niño Jesús llegó a última hora, abriéndose paso afanada entre cientos de personas, y me preguntó: „¿A dónde tengo que ir?“
La cabalgata fue adquiriendo dimensiones siempre mayores y su organización finalmente pasó a manos de la Cáritas. Se difundió por toda la República Checa, luego por Polonia y después por Eslovaquia. En 2020, el evento llegó a contar aproximadamente 1,3 millones de participantes en 872 pueblos y ciudades de Polonia. En concomitancia con la cabalgata, en el año 2000, comenzó la colecta de Reyes Magos. Este año contará con la participación de 70.000 jóvenes que darán a los checos la oportunidad de hacer una obra de caridad.
La pandemia ha provocado la interrupción de la cabalgata durante los últimos tres años, pero este mes de enero de 2023, las cabalgatas volvieron por todo el país, y también en Polonia, como antes de la pandemia. Significa que la visita de los Reyes Magos ha echado raíces.
Un hecho especialmente relevante es el sueño del templo a San José, patriarca de la paz. El año 2003, delante de los camellos iba en formación un burrito. Tiraba de un carrito en el que iba una piedra: la piedra angular de un futuro tempo dedicado a San José, patriarca de la paz, que había de ser construido por el pueblo checo, con financiación por medio de huchas de barro en las que en las casas checas se iba a ahorrar pequeñas cantidades que serían entregadas ante notario en múltiples lugares del país en fechas señaladas. Bajo el templo habría una sala de congresos, que había de ser utilizada, sobre todo, para congresos sobre la paz. El templo, coronado por granate checo, se podría ver a muchos kilómetros de distancia.
Pero un día lluvioso, llegó una prohibición de promover el proyecto. Hoy conservamos aquella piedra de mármol de Praga, que había llevado el burrito al Portal de Belén, a la espera de que el templo se haga realidad. Y soñamos con otra realidad: la recristianización del pueblo checo por gracia de los Reyes Magos.
Vídeos y fotos de la cabalgata de este año 2023 se pueden ver aquí:
Aquí encuentras fotos de la última cabalgata organizada por la Juventud Idente: