En el Claustro de la iglesia de San Francisco, en Cádiz, se llevó a cabo una mesa redonda centrada en la figura del padre Jorge Loring, conocido como el “Hijo adoptivo de Cádiz”, un apóstol “capaz de traspasar las paredes para llegar a un alma; un apóstol que te miraba a los ojos”.
La mesa redonda fue testimonio vivo del legado del Padre Loring. Lourdes Grosso, directora de la oficina de las causas de los Santos de la Conferencia Episcopal Española, ofreció una visión técnica sobre su proceso de beatificación. Luego, Álex del Rosal, Juana Sánchez-Gey y Román Martínez del Cerro compartieron sus reflexiones sobre la vida y obra del padre Loring.
Entre las características que definieron la vida del Padre Loring se destacan: una fe sólida en el Evangelio y en los Papas; una fe razonada, fundamentada en la reflexión y en el estudio; una fe viva, manifestada en la coherencia entre sus palabras y sus acciones; un profundo amor por Dios y por los más necesitados, expresado a través de su devoción a la Virgen y su incansable labor por llevar a todos hacia Dios, utilizando todos los medios a su alcance.
El Padre Jorge Loring, un comunicador por naturaleza, siempre mantuvo un espíritu joven, a pesar de su avanzada edad: “He escuchado que hay personas que han aprendido a hacer bombas por internet, yo quiero evangelizar por internet”, decía.