“Todo es posible para el que cree” (Mc 9, 23), dijo Cristo al padre del poseído por un espíritu inmundo. Y Cristo sigue haciendo milagros. Se llama Mama Lydie y es de Yaoundé, Camerún (África). Se ha pasado toda una vida luchando para mantener a sus seis hijos, pues enviudó muy joven. Ha hecho de todo para sacar adelante a su numerosa familia: trabajar de sol a sol en el campo, batirse en el mundo del comercio, etc… No sabe muy bien cuántos nietos tiene, pero al menos unos treinta. Una de ellos, Natalie, amiga de la parroquia Sainte Famille y con varios hijos, es la que nos cuenta estos datos biográficos de su abuela.
Todo llega en esta vida, como el gran día previsto por la Providencia: el viernes, 21 de abril de 2017. Mama Lydie, como es conocida, recibió el bautismo y su Primera Comunión de manos del padre José Manuel Conde, misionero idente, y testigo privilegiado de este hecho tan poco común. Es evidente que “hay que nacer de nuevo”, lo dijo Nicodemo y lo confirma Lydie con su espíritu que ha renacido en esta Pascua.
Desde Camerún, José Manuel nos dice, como si no pasara nada, acostumbrado al milagro continuo de ser misionero en África: “Lidye vive ahora muy feliz con sus sacramentos”.