From March 2 to 4, in the monastery of La Victoria de San José, in Constantina (Seville, Spain), a retreat Motus Christi was held for children from 10 to 12 years old, from the parishes of Cádiz and Seville, which have been entrusted to the Idente Missionaries. Two young girls from Cadiz also attended.
The proposed theme was prayer, being taught by the Delegate of Seville, Isabel Orellana Vilches. The missionary sisters of Cádiz prepared some notebooks that contained on their cover some of the points of the orational code of our father Founder, Fernando Rielo. The Delegate of Cádiz, Manoli Blasco Gálvez, has directed several workshops, one of them preparing trisagios, which the group welcomed with special pleasure. Our brother Juan César Ramírez celebrated the masses and administered the sacrament of penance to the attendees.
The different moments of the Motus, such as reflections on the Gospel, communities, prayer and the Eucharist, were combined with games that familiarized them with the Gospel and with the preparation for the artistic Athenaeum. All this has been a great opportunity to live together with the missionary community that lives in the monastery. There always reigned a very beautiful family atmosphere, in which all have shared the monastic tasks with charity and responsibility.
Everyone has gone to their places of origin, taking with them a feeling of gratitude for the experience they have had for the first time of participating in this religious activity, which has allowed them to recognize Christ inside of them, and has inspired them a longing for a deeper living of prayer from now on, that will help them to grow humanly and spiritually. That is the desire they have expressed at the end of the retreat.
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!["El mundo puede cambiar desde el corazón"
(Papa Francisco, Encíclica Dilexit Nos)
"El Corazón de Cristo es éxtasis, es salida, es donación, es encuentro. En él nos volvemos capaces de relacionarnos de un modo sano y feliz, y de construir en este mundo el Reino de amor y de justicia. Nuestro corazón unido al de Cristo es capaz de este milagro social.
Tomar en serio el corazón tiene consecuencias sociales. Como enseña el Concilio Vaticano II, «tenemos todos que cambiar nuestros corazones, con los ojos puestos en el orbe entero y en aquellos trabajos que todos juntos podemos llevar a cabo para que nuestra generación mejore». Porque «los desequilibrios que fatigan al mundo moderno están conectados con ese otro desequilibrio fundamental que hunde sus raíces en el corazón humano». [21] Ante los dramas del mundo, el Concilio invita a volver al corazón, explicando que el ser humano «por su interioridad es, en efecto, superior al universo entero; a esta profunda interioridad retorna cuando entra dentro de su corazón, donde Dios le aguarda, escrutador de los corazones (cf. 1 S 16,7; Jr 17,10), y donde él personalmente, bajo la mirada de Dios, decide su propio destino».
Esto no significa confiar excesivamente en nosotros mismos. Tengamos cuidado: advirtamos que nuestro corazón no es autosuficiente; es frágil y está herido. Tiene una dignidad ontológica, pero al mismo tiempo debe buscar una vida más digna. Dice también el Concilio Vaticano II que «el fermento evangélico ha despertado y despierta en el corazón del hombre esta irrefrenable exigencia de la dignidad», aunque para vivir conforme a esa dignidad no nos basta conocer el Evangelio ni cumplir mecánicamente lo que nos manda. Necesitamos el auxilio del amor divino. Acudamos al Corazón de Cristo, ese centro de su ser, que es un horno ardiente de amor divino y humano y es la mayor plenitud que puede alcanzar lo humano. Allí, en ese Corazón es donde nos reconocemos finalmente a nosotros mismos y aprendemos a amar."](https://www.idente.org/wp-content/plugins/instagram-feed/img/placeholder.png)
