Pandemia, confinamiento general. ¿Alguien ha vivido esto alguna vez a nivel mundial? Muchas preguntas sin aparente respuesta me bombardean. ¿Cómo? ¿No podré ni ir a Misa los domingos y festivos? Las reuniones tampoco se pueden hacer. Las clases están suspendidas. El voluntariado, sólo el imprescindible para atender a las personas que más lo necesitan. Todo el montaje de actividades se viene abajo. Me siento perdida, no se qué hacer. Una frase “Mi gracia te basta” (IICor12,9). Ya se por dónde hay que empezar. La oración. Pensamientos de este estilo han poblado la mente de misioneras.
Se sienten tan pequeñas, tan necesitadas de ayuda, que vamos hacia los brazos del Padre y de nuestro hermano Jesucristo. Allí, sin palabras, en el silencio, Él sabe de qué tenemos necesidad y empiezan a fluir ideas. Los niños tienen las clases online, la catequesis de preparación para la Confirmación con adultos también se pueden hacer por Skype, por whatstapp, por otros canales. Sí, seguiremos teniendo las catequesis el mismo día y a la misma hora.
¿Qué más se puede hacer con las personas que habitualmente tenemos contacto en la parroquia, que atendemos, animamos, acompañamos? Lo mismo: crear un grupo de whatstapp y darles formación, lecturas espirituales, animar a la oración, enviar la oración de comunión espiritual, decirles dónde pueden oír Misa, animarlas a seguir los cultos de Semana Santa facilitándoles las lecturas de esos días, etc. Pero no sólo eso, también se les puede ir llamando una a una e interesarnos por ellas, su familia, si están bien…
Es maravilloso. El Espíritu Santo sigue dando ideas. La Juventud Idente no se puede detener, sobre todo los voluntarios recién llegados que se están formando. Invitación a reunirnos por Skype y seguir con la formación, además de ir preparando el campamento de verano por si podemos realizarlo. Así llevamos en la fundación de Sevilla desde la primera semana de confinamiento. Los sábados o domingos a las siete de la tarde tenemos reunión, nos vemos, nos contamos cómo le va a cada uno…, y cada día con más ganas de vernos…
No podemos olvidar a los niños y jóvenes y a sus familias, a los que hemos enviado mensajes de cariño y mostrado el deseo de volver a encontrarnos, deseando que estén todos muy bien.
Además, la oficina nacional de Juventud Idente de España anima a todos los miembros de las secciones a que envíen dibujos, poemas, canciones, en definitiva, a que extraigan el artista que llevan dentro y regalen sus aportaciones a los demás, aportaciones que publican en Facebook, entre otras, el himno de fuego que hicieron entre varios profesores. Todo ello es compartido por los jóvenes profesores de Juventud Idente de Sevilla; alguno ya ha participado con sus creaciones.
Cierto que el Espíritu Santo es fuente que mana chorros de agua viva, no cesa de dar ideas. Hay personas que llevamos tiempo sin hablar con ellas por diversas causas; a éstas también hay que llamarlas. Siempre dispuestas a animar, consolar, acompañar para que vayan creciendo en su amor a Dios.
El punto culminante es cuando nuestros Superiores Generales, con el Presidente a la cabeza, nos comunican que habrá Motus Christi internacional vía online. Eso ha sido lo mejor, ahora, sí o sí, tenemos que hablar con todas las personas conocidas para ofrecerles este regalo: un retiro espiritual online en español, italiano, francés e inglés, que además se dará todas las semanas mientras dure esta situación. Más las dos Misas internacionales, una el día de Pascua de Resurrección y la otra dedicada al Padrenuestro. ¡Qué riqueza la colegialidad! ¡Una Institución en la que todos sus miembros van al unísono, alegres, agradecidos…!
La respuesta de las personas que han participado en estos Motus Christi, así como en las dos Misas, ha sido de mucha gratitud y lo han recibido como un regalo, porque está suponiendo un cambio importante para sus vidas.
En la capilla, en el silencio de la oración, la pregunta: ¿Qué más se puede hacer? Sabemos que en su momento nos enviará esa idea que aflorará en la mente, porque será el momento oportuno.
(Artículo de María José García Viala)