“Nunca había oído hablar así de Dios”, dijo una amiga de la familia idente de Terni después de haber escuchado a nuestro presidente el viernes 9 de marzo, durante su última visita a esta ciudad umbra. El centro de su mensaje fueron los tres pilares para una vida de santidad: la oración, la eucaristía diaria y el evangelio. Gracias a sus palabras y a la fuerza con la que nos habló del amor que nuestro Padre Celestial tiene por cada uno de nosotros a pesar de nuestras debilidades, faltas y pecados; ha sido fácil para todos los presentes expresar las riquezas y dificultades del propio camino espiritual, y ver, una vez más, cuánto es hermoso poder compartir nuestras aspiraciones más profundas.
En ocasión de su visita pastoral a la parroquia San Gabriele dell’Addolorata, el pasado 10 de marzo hemos recibido también en nuestra residencia al obispo Mons. Giuseppe Piemontesi. Quería conocernos mejor y darnos las gracias por nuestra misión en la Diócesis y en el Hospital. Quería escucharnos y preguntarnos si tenemos alguna dificultad o algo en lo que podemos necesitar su ayuda. Ha sido una maravillosa ocasión para compartir con el obispo nuestras ilusiones y proyectos en nuestra misión de Terni, y para ir a visitar a algunos enfermos de la parroquia.
Este primer fin de semana de marzo ha sido una ocasión detrás de otra para conocer y compartir ideas y proyectos con jóvenes y menos jóvenes. Junto con algunos amigos y profesores de Terni, se está organizando un “laboratorio sobre el perdón” para llevarlo a las escuelas; mientras que con los estudiantes que asisten a nuestros cursos de español estamos compartiendo momentos de convivencia y de escucha de testimonios desde nuestras misiones alrededor del mundo, porque el idioma ya no se aprende solamente con los métodos tradicionales, sino con la vida, con la experiencia, y, ¿por qué no?, con una… ¡excelente y auténtica paella!