Las misioneras Identes están presentes en Turín desde hace algunos años. Hasta 2016 su servicio tenía como punto de referencia una residencia de ancianos en la colina de Turín, pero algunas de ellas ya estaban sirviendo en las parroquias de la diócesis especialmente en catequesis. En particular, desde 2010 Rosalía coordinaba un grupo de jóvenes en la parroquia del Patrocinio de San José. Al año siguiente se le confió también al párroco del Patrocinio la cercana parroquia de S. Mónica y se concretó la posibilidad de acoger una comunidad religiosa en la casa parroquial. Hubo contactos y proyectos que se concretaron en 2016 con la llegada de las tres primeras misioneras Identes (Laura, Rosalía y Ruth) a S. Mónica, a la que se añadió recientemente Elisabetta.
Desde entonces su presencia se ha hecho más fuerte y más valiosa. El compromiso en la catequesis, la pastoral juvenil, la liturgia y otras actividades diferentes de las dos parroquias es sólo un aspecto de su servicio y ni siquiera el más importante. Lo que hace “especial” la presencia de las misioneras identes aquí entre nosotros está vinculado precisamente a su presencia, a “estar ahí” ofreciendo un simple y profundo testimonio de una vida de fe y servicio.
A través de ellas ha sido posible enriquecer la vida de las dos comunidades y mantener viva la presencia en nuestro populoso vecindario entre el Po y el ferrocarril, que ha sido un típico barrio de clase trabajadora desde su nacimiento. Aquí está la primera fábrica de Fiat (el Lingotto, de hecho) ahora transformada en un centro comercial, pero que ha visto pasar generaciones de trabajadores por la Via Nizza y la Via Genova.
Las “misioneras” se han convertido y siguen siendo cada vez más un punto de referencia para la gente y especialmente para los jóvenes.
Sólo podemos agradecer a la Providencia su presencia y su simpatía (que no hay quedar por descontado… al contrario).
don Daniele D’Aria, parroco di Santa Monica e del Patrocinio di San Giuseppe