A Roma, dal 2 al 30 maggio 2017, tutti i martedì, alle ore 17.00, presso la Chiesa Santa Maria in Porta Paradisi (Via di Ripetta 62, 00186 Roma) la Cappellania dell’Accademia di Belle Arti di Roma darà il via ai “I Martedì della Cappellania”, primo ciclo di conferenze sull’arte sacra, dedicate alla figura di Maria nella storia dell’arte.
Gli incontri, curati dai missionari identes responsabili della pastorale universitaria in cappellania, dal prof. Marco Nocca, storico dell’arte e da Marco Eusepi, studente di pittura dell’Accademia, saranno tenuti dalla Direttrice, dalla Vicedirettrice e da docenti dell’Accademia di Belle Arti.
Martedì 23 e martedì 30, il maestro Raffaella D’Esposito, prima pianista del Conservatorio di Santa Cecilia, eseguirà musiche di J. S. Bach e R. Schumann.
In alcuni di questi momenti concluderemo con la celebrazione eucaristica presieduta da S. E. Mons. Lorenzo Leuzzi, Delegato per la Pastorale Universitaria.
A seguire il calendario degli appuntamenti.
I Martedì 2 maggio, “Natività”
Dalma Frascarelli, Vicedirettrice dell’Accademia di Belle Arti, Roma
II Martedì 9 maggio, “Immacolata Concezione”
Tiziana D’Acchille, Direttrice dell’Accademia di Belle Arti, Roma
III Martedì 16 maggio, “Annunciazione”
Costanza Barbieri, Storico dell’Arte, Accademia di Belle Arti, Roma
IV Martedì 23 maggio, “Dormitio Virginis”
Tiziana D’Acchille, Direttrice dell’Accademia di Belle Arti, Roma
con musiche di J. S. Bach e R. Schumann, eseguite dalla pianista Raffaella D’Esposito, Conservatorio di Santa Cecilia.
IV Martedì 30 maggio, “Il sacro e l’arte del ‘900: Matisse a Saint-Paul de Vence”
Nicoletta Agostini, Storico dell’Arte, Accademia di Belle Arti, Roma
con musiche di J. S. Bach e R. Schumann, eseguite dalla pianista Raffaella D’Esposito, Conservatorio di Santa Cecilia.
!["El mundo puede cambiar desde el corazón"
(Papa Francisco, Encíclica Dilexit Nos)
"El Corazón de Cristo es éxtasis, es salida, es donación, es encuentro. En él nos volvemos capaces de relacionarnos de un modo sano y feliz, y de construir en este mundo el Reino de amor y de justicia. Nuestro corazón unido al de Cristo es capaz de este milagro social.
Tomar en serio el corazón tiene consecuencias sociales. Como enseña el Concilio Vaticano II, «tenemos todos que cambiar nuestros corazones, con los ojos puestos en el orbe entero y en aquellos trabajos que todos juntos podemos llevar a cabo para que nuestra generación mejore». Porque «los desequilibrios que fatigan al mundo moderno están conectados con ese otro desequilibrio fundamental que hunde sus raíces en el corazón humano». [21] Ante los dramas del mundo, el Concilio invita a volver al corazón, explicando que el ser humano «por su interioridad es, en efecto, superior al universo entero; a esta profunda interioridad retorna cuando entra dentro de su corazón, donde Dios le aguarda, escrutador de los corazones (cf. 1 S 16,7; Jr 17,10), y donde él personalmente, bajo la mirada de Dios, decide su propio destino».
Esto no significa confiar excesivamente en nosotros mismos. Tengamos cuidado: advirtamos que nuestro corazón no es autosuficiente; es frágil y está herido. Tiene una dignidad ontológica, pero al mismo tiempo debe buscar una vida más digna. Dice también el Concilio Vaticano II que «el fermento evangélico ha despertado y despierta en el corazón del hombre esta irrefrenable exigencia de la dignidad», aunque para vivir conforme a esa dignidad no nos basta conocer el Evangelio ni cumplir mecánicamente lo que nos manda. Necesitamos el auxilio del amor divino. Acudamos al Corazón de Cristo, ese centro de su ser, que es un horno ardiente de amor divino y humano y es la mayor plenitud que puede alcanzar lo humano. Allí, en ese Corazón es donde nos reconocemos finalmente a nosotros mismos y aprendemos a amar."](https://www.idente.org/wp-content/plugins/instagram-feed/img/placeholder.png)
