El retiro que celebraron un grupo de misioneros y de misioneras identes en el Monasterio de La Cabrera (Madrid) entre el 29 de abril y el 2 de mayo tuvo como invitado especial a Mons. Francisco Pérez González, Arzobispo de Pamplona. Él había solicitado participar como uno más para tener ocasión de conocer de cerca la espiritualidad del Fundador de los misioneros identes, Fernando Rielo, y su carisma.
Los misioneros y misioneras provenían de Madrid, Palma de Mallorca, Javier y Las Palmas de Gran Canaria, y el retiro tuvo lugar en el inspirador Convento-Monasterio de San Julián y San Antonio, en La Cabrera, regido por los misioneros identes.
El retiro fue impartido por Juana Sánchez-Gey y el P. José María López Sevillano. Cada retiro tiene un tema central orientado a profundizar en la espiritualidad idente y en su vivencia concreta, siendo para esta ocasión la temática: Examen ascético-místico, oración continua y vida apostólica. Mons. Francisco Pérez, como persona sencilla y espiritual que es, observó con atención y participó de cada uno de los momentos que hacían parte de este retiro para formación y profundización en la espiritualidad idente. En su homilía del 1 de mayo nos compartió algunas de sus hondas impresiones:
“Muchísimas gracias por estos días entre vosotros que me ha permitido conoceros más; ya os conocía de antes. No tengáis miedo, porque sois de Dios y eso se nota. Me ha gustado mucho lo de ascética y mística y la forma filosófica y teológica que habéis recibido de Fernando Rielo. Vuestro Fundador os ha dicho lo que es fundamental, que es la santidad. Ya lo dijo el Concilio Vaticano II; antes era solamente para los religiosos, algún sacerdote y algún obispo pero nadie más. No tengáis miedo porque cumplís las características del misionero. Os apoyáis en tres columnas: el Padre celestial, a imagen de la Trinidad y “dónde dos o más estén reunidos en mi nombre ahí estoy en medio de ellos”. Es decir, os apoyáis en dos cosas fundamentales: estáis inmersos en la Santísima Trinidad y sois enviados, “id y predicad”, pero qué vais a anunciar sino el mensaje de la Trinidad. Vuestro carisma es necesario en la Iglesia; hay muchos carismas, como en un tapiz de muchos colores vosotros aportáis vuestro color”.
Tal y como se perseguía, la vivencia entrañable entre hermanos permitió que el tiempo de retiro fuese también de descanso y disfrute para poder vislumbrar con claridad la vivencia de la temática del retiro en la misión diaria que cada misionera y misionero lleva a cabo.
El Convento Monasterio San Julián y San Antonio, en La Cabrera, fue fundado entre los ss. XI y XII y perteneció a los benedictinos, primero, y a los franciscanos, después. En el 2004 fue encomendado a los misioneros identes, quienes, además de su misión religiosa, promueven la celebración de actividades culturales, sociales y de restauración. (www.conventolacabrera.es)