Del sábado 6 hasta el sábado 13 de julio se han realizado en la Ciudad Monástica de San Miguelito (Bolivia) 2 actividades muy importantes de la Juventud Idente a nivel nacional. Los primeros 4 días se llevó a cabo el curso de formación de profesores de la Juventud Idente para jóvenes mayores de 14 años procedentes de San Ignacio, Santa Cruz, La Paz y de las comunidades rurales de nuestra parroquia San Francisco Javier. Más de 30 jóvenes han acogido con entusiasmo y alegría la primera parte de este evento, que consistía en aprender y desarrollar sus cualidades para ser profesor de niños en un campamento, a través de diferentes actividades formativas propias del espíritu de la Juventud Idente. A lo largo de estos días se han ido impartiendo 6 seminarios con temas como: Juventud Idente y su ideario, El arte de acompañar, Quién es el profesor de JI, Resolución de conflictos y Virtudes esenciales del profesor idente.
En medio de la creciente expectativa se fue fortaleciendo de a poco el espíritu de trabajo en equipo y comunión entre los jóvenes, hasta que el día miércoles 10 de julio se inició el anhelado campamento de niños, donde los jóvenes han podido pasar de la teoría a la práctica y ejercer sus mejores cualidades para afrontar ese hermoso desafío de guiar a niños y niñas hacia los ideales más nobles de la Juventud Idente, no sin las dificultades y contrariedades propias de las actividades campamentales. La convivencia de los 4 días ha resultado muy bonita y enriquecedora para todos, donde los 53 niños, entre los 7 a 12 años, animados y felices, se han sentido acompañados y ayudados en todo momento, en medio de juegos, cursillos, talleres, búsquedas de tesoros y otras actividades; así como en el examen genético que fueron asimilando también con la ayuda de los misioneros y misioneras identes.
Para los profesores de la JI ha sido la primera experiencia campamental con niños y se ha notado su crecimiento, maduración y cambio de actitud en todos los ámbitos, asumiendo la responsabilidad pese al cansancio, constantes cambios de ritmo y falta de sueño, entre otros.
Contemplando la felicidad de los niños, todos hemos sentido que este es el camino que deberíamos seguir, empezando por estos niños que mañana serán jóvenes identes y personas bien formadas en su visión del mundo y sus realidades, así como portadores de paz y santidad según el mensaje evangélico.