Con el título “Curar a los migrantes para curar al mundo: escenarios de futuro para la construcción de la paz” se ha celebrado el 4 y 5 de marzo un seminario internacional que ha abordado la relación entre salud, migración y paz. Ha sido organizado por el Global Permanent Forum on Migration and Health, plataforma fundada por el Rielo Institute por Integral Development, la Agenzia di Ricerche e Legislazione (AREL) y la Università Cattolica del Sacro Cuore.
El evento, que se realizó en el Aula Pablo VI de la Pontificia Universidad Lateranense, comenzó con la intervención de Mons. Guerino di Tora, presidente de la Comisión de Migraciones de la Conferencia Episcopal Italiana, quien recordó que la sociedad actual no puede ser entendida sin el fenómeno de la movilidad humana. A continuación, Enrico Letta, ex Primer Ministro italiano y decano de la Escuela de Asuntos Internacionales de París (PSIA), en calidad de Secretario General de la Agencia AREL atribuyó la crisis migratoria en Europa a los graves desequilibrios entre los instrumentos nacionales y multilaterales entre los Estados miembros de la UE y a la voluntad de preservar las prerrogativas de algunos países negándose a contar con una autoridad central capaz de gestionar conjuntamente este fenómeno.
Letta también destacó la distancia entre la percepción social de la migración y la realidad, un aspecto ya abordado por Maurizio Marceca, presidente de la Sociedad Italiana de Medicina de Migraciones, quien abordó el tema del alarmismo que provocan a veces los medios de comunicación difundiendo datos no científicos que construyen narrativas distorsionadas sobre la salud de los migrantes.
Por su parte, el rector del Laterano, Vincenzo Buonomo, afirmó que la movilidad humana debe ser gobernada y no abordada en términos de emergencia, o desde las frontera. En este sentido, Ranieri Guerra, Subdirecctor General de la Organización Mundial de la Salud expresó que en la actual disputa sobre migración y salud, el derecho a la salud no es cuestionable. Añadió que la sociedad civil debe ser el socio fundamental de los migrantes, ya que la cuestión no puede ser tratada únicamente por los políticos.
Salvatore Geraci, Director del Área Sanitaria de Caritas Roma, y Maurizio Marceca también se refirieron al trabajo activo de las asociaciones médicas italianas para influir en las leyes de migración.
El Presidente del Instituto de los misioneros identes, el P. Jesús Fernández, recordó las palabras de su Fundador, Fernando Rielo, iniciador junto con Caritas Roma del primer ambulatorio para migrantes en la estación Termini (Roma) en 1983, que “la migración es una cuestión de justicia social porque la persona que se encuentra en esta situación desesperada aspira, más que a ser ayudada compasivamente, a que se le reconozca que el mundo le pertenece, más allá de cualquier frontera”. Subrayó que en esto la familia juega un papel fundamental.
Luigi Janiri, copresidente del Global Forum on Migration and Health, profesor de Psiquiatría y director del Centro de Investigación “Salud, atención humana y evaluaciones sociales interculturales” (HERA) de la Università Cattolica del Sacro Cuore, habló sobre el hecho de que para la primera generación de migrantes la integración es un factor de resiliencia y que la segunda generación está más expuesta a riesgos en relación con su salud mental.
Richard Mollica, director del programa Harvard in Refugee Trauma (HPRT) del Hospital General de Massachusetts y de la Facultad de Medicina de Harvard, presentó datos sobre la alta incidencia del estrés postraumático en los refugiados.
Musa Awad Hussein, presidenta de la Asociación dei Medici Arabi en Italia, dijo que se necesitarán médicos extranjeros tanto por la escasez de médicos italianos como para enfrentarse a dimensiones culturales que cambian la fisiología del cuerpo, como la mutilación genital femenina, que obliga a las mujeres migrantes a dar a luz por cesárea obligatoria, ya que los médicos italianos carecen de los conocimientos médicos y culturales necesarios para tratarlas de una manera natural.
El Secretario General de Global Forum on Migration and Health, Emanuele Caroppo, subrayó el esfuerzo del Foro por promover la difusión de información correcta basada en datos verificados para evitar la desinformación y la explotación del tema de los migrantes, promoviendo su exclusión y no explotando todo el potencial laboral de los migrantes.
Durante el seminario se proyectó el docufilm “Los sin voz” de la directora Catherine McGilvray, que narra el drama migratorio de la comunidad salvadoreña en Nueva York a través de la historia real de varios migrantes, cuyas historias, tejidas de sueños y frustraciones, se van intercalando a lo largo de la cinta con una gran carga emotiva y crítica a la actual política migratoria de Estados Unidos.
Los migrantes en el mundo ya representan el 3% de la población mundial, según el Informe Observasalute 2016, de la Università Cattolica. Su derecho a la salud, los sistemas de salud que requiere y los determinantes sociales son algunos de los temas que se han debatido en el Seminario “Curar a los migrantes para curar al mundo: escenarios de futuro para la construcción de la paz”. Mitos como el del migrante invasor o el del migrante que contagia también serán desmontados. En este sentido, los datos que arroja el informe de la OMS-Europa 2018 son muy reveladores: los migrantes internacionales representan sólo el 10% de la población europea en comparación con la percepción social de que son tres o cuatro veces más; el riesgo de que los migrantes sean transmisores de enfermedades contagiosas es muy bajo y muchos de los migrantes que actualmente son VIH positivos han adquirido la enfermedad después de su llegada a Europa.