El “Dom Quo Vadis” es un lugar en el centro de Bratislava, que busca ser el corazón de la capital de Eslovaquia. Es un lugar en donde, lejos de decisiones políticas o financieras, se trata de fomentar encuentros. En medio del ajetreo de la ciudad, es un espacio donde las personas se conocen, descansan, se inspiran, crecen, maduran y profundizan juntos su relación con Dios y entre ellas.
Este centro de evangelización abierto a todos funciona gracias a voluntarios que, además de encargarse de una cafetería y de una biblioteca, organizan conciertos, exposiciones artísticas, charlas, cursos, diferentes grupos, etc.
Durante los meses del pasado invierno en el Dom Quo Vadis se hizo una invitación singular: “La empresa de Cristo: ¿queremos participar en ella?”. Los misioneros identes Antonin Lukes y Jana Bobokova impartieron un ciclo de charlas abiertas, que recogía el ideal de la empresa de Cristo, propulsado por Fernando Rielo años atrás en algunas universidades españolas.
La temática se desarrolló en cinco momentos:
1. Comenzando por el análisis de los resultados a los que quiere llegar la “empresa de Cristo”: llevar a la plenitud las riquezas únicas de cada hijo de Dios, de cada compañero de trabajo. De allí surge la pregunta concreta: ¿cuáles son nuestros objetivos y motivaciones en cada una de nuestras actividades y, específicamente, en nuestros lugares de trabajo? ¿Es el amor?
2. Los que están deseosos de participar activamente en esta gran empresa, tienen que pasar por una “entrevista de trabajo”, basada en la vocación del joven rico (Mt 19,16-22). Antes que nada, se examina al candidato con los mandamientos: “… No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, honra al padre y madre” … en los pensamientos, palabras, actos. ¿Eres transparente, honesto, recto, noble, justo, veraz, y estás en esta misión con todo tu corazón, con todas tus fuerzas? Superada esta primera parte, llega la pregunta clave de Jesús: “¿Quieres dejarlo todo a los pobres y venir y seguirme dondequiera que esté? ¿Quieres ser un servidor, esclavo de todos para lavar sus pies? ¿Estoy dispuesto a buscar, ya no que los demás me sirvan a mí o a mi beneficio, a mi empresa, sino servir yo a los demás?
3. Como ninguna empresa se realiza por sí sola, aceptado el “sígueme” comienza la formación del trabajo en equipo. Si mi trabajo no está en profunda comunión con Cristo, no tiene sentido. El valor está en trabajar con las ideas de Jesús, pero expresadas en mi lenguaje único, en modo creativo e ingenioso. El segundo reto es formar un equipo con todos los compañeros, contando con los carismas específicos de cada uno, soportando las debilidades sin murmurar, apoyándose en la vivencia del amor en la oración continua, en el Evangelio y en la Eucaristía.
4. El cuarto punto esencial en la empresa de Cristo es la vivencia del espíritu de liturgia en el lugar de trabajo. La actitud de veneración da un valor especial a todo lo que hacemos. El sentido de la belleza en nuestros lugares de trabajo eleva el espíritu.
5. El tema final fueron las cualidades que debe tener el trabajador la empresa de Cristo: la generosidad radical, la perseverancia, y una alegría especial en medio de todas las dificultades.
Las conferencias (en eslovaco) se pueden escuchar aquí:
www.facebook.com/domquovadis/videos
¡Cristo sigue buscando trabajadores para su empresa! ¿A qué esperas?