Durante el Motus Christi del día 18 de abril, el P. Jesús Fernández, presidente de los misioneros identes, habló de la ternura que debe tener nuestra oración: “tiene que ser como la ternura del Padre de la parábola del hijo pródigo”, decía. Afirmó también que una de las más grandes tragedias humanas es el miedo a nuestro Padre Celeste que nos ama infinitamente, que no quiere simplemente que nos sintamos “pecadores arrepentidos”, sino que vayamos al cielo.
Pero ¿qué es el Cielo? No es un no es un lugar físico entre las nubes, sino una relación viva y personal con la Santísima Trinidad, decía el p. Jesús. Y continuaba diciendo que el cielo está allí en donde Dios está presente. Por lo tanto, ¡si Dios está en todas partes, el cielo está en todas partes! En la naturaleza, en los seres vivientes, en el ser humano. El cielo es más un “estado de ser” que un espacio determinado. El cielo está, como dice Cristo, entre nosotros; está dentro de nosotros. La oración es una forma de percibir este cielo -decía el presidente de los misioneros Identes-, y esto nos deja en un estado de inmensa felicidad.
Liliana Marín, misionera casada de Colombia, dio testimonio de su de vocación, y luego los participantes se dividieron en varios grupos en los que cada uno, libremente, compartía aquello que más la había tocado del retiro online.