"No hay mayor amor que dar la vida por los amigos" Motus Christi internacional

Un corazón indiviso. El testimonio personal de James, voluntario idente en Filipinas:"Han pasado casi cinco años desde que comencé a reconstruir mi relación con Dios como uno de sus amados hijos en la comunidad Idente. Hoy quiero hablar sobre algo que Dios me ha estado enseñando: qué significa realmente tener un corazón puro. Me encontré por primera vez con esta bienaventuranza hace unos cuatro años, durante una de las sesiones en línea de Motus Christi. Para mí, esas sesiones fueron un salvavidas, manteniéndome espiritualmente firme mientras todos estábamos confinados en nuestros hogares. O en mi caso, confinado en la oficina… ¡prácticamente vivía allí en ese momento! Solía pensar que la pureza de corazón era solo evitar malos pensamientos o acciones. Y sí, eso es parte de ello. Pero aquí, en la comunidad Idente, se nos enseña a elegir el bien mayor. La pureza de corazón va más allá de evitar el pecado: se trata de tener un corazón indiviso para nuestro Padre Celestial y ser completamente honestos ante Él. Una de las lecciones más fuertes sobre la pureza de corazón proviene de la historia de Ananías y Safira en Hechos 5:1-11. En la primera comunidad cristiana, las personas vendían sus posesiones y donaban el dinero a los apóstoles para ayudarse mutuamente. Ananías y Safira también vendieron un terreno, pero en lugar de entregar todo el dinero como afirmaron, se quedaron con una parte en secreto. Querían el reconocimiento de ser generosos sin entregarse completamente a Dios. Sus acciones externas parecían santas, pero sus corazones estaban divididos; no fueron completamente honestos ante Él. Cuando Pedro los confrontó, les dijo: **“No has mentido a los hombres, sino a Dios.”** Y trágicamente, ambos cayeron muertos. Esta historia es una advertencia seria: Dios ve nuestros corazones y no podemos fingir nuestra devoción a Él. Este pasaje me hizo reflexionar sobre mi propia vida y mi trabajo como voluntario. Al principio, mi motivación surgía del deseo de construir una imagen positiva de mí mismo. Al igual que Ananías y Safira, mis acciones externas parecían santas, pero mi corazón estaba dividido. Pensaba que ser voluntario era un acto noble, una forma de demostrar que era bueno y desinteresado. Buscaba validación, deseando que me vieran como compasivo y fuerte. “¡Qué noble es este joven!”, solía pensar para mis adentros. Pero con el tiempo, mi perspectiva cambió. Ahora, mi motivación para ser voluntario está enraizada en mi amor por Cristo. Se ha convertido en un acto de penitencia por mis pecados y en una forma de expresar mi fe a través del servicio. Me da propósito, me permite usar mi tiempo de manera significativa y contribuir a algo más grande que yo mismo. A través de estas experiencias, he aprendido la importancia del sacrificio y he desarrollado una compasión más profunda por quienes lo necesitan. Mis visitas a Sitio Payong han sido particularmente impactantes. No encuentro alegría en ver su pobreza; más bien, lo veo como un llamado a la acción, un recordatorio de las enseñanzas de Jesús: la verdadera grandeza está en servir a los demás. **“Los últimos serán los primeros, y los primeros serán los últimos.”** Significa extender bondad, compasión y amor a todos, sin importar sus circunstancias. Aun con este entendimiento, cada día sigue siendo una batalla para mantener intenciones puras. El año pasado, experimenté momentos de verdadero “corazón dividido”. Hubo momentos en los que me sentí perdido. Servir a los demás mientras mi propia familia enfrentaba grandes dificultades… dolía. Se sentía como ver blanco y negro al mismo tiempo. En el voluntariado, sentía alegría, inspiración y amor. Pero después del servicio, cuando volvía a mis luchas diarias, todo volvía a parecer oscuro. Entonces, Dios me confrontó, no de manera tan dramática como lo hizo con Ananías y Safira, pero sí de manera poderosa. Me di cuenta de que estaba involucrado en muchas actividades buenas por las razones equivocadas. Tenía sed de reconocimiento en lugar de servir por amor puro a Él. No me di cuenta hasta que me vi ahogado en responsabilidades: el Campamento Juvenil, el Día de los Voluntarios, el Concierto de Navidad… todo mientras trabajaba en dos empleos y enfrentaba dificultades personales en casa. ¡Y la adrenalina no paraba! Me sentí confrontado. Me pregunté: “¿Estoy realmente viviendo para Dios o solo estoy fingiendo?” Esta realización fue dolorosa, pero me llevó al arrepentimiento. Romanos 5:20 me recordó: **“Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia.”** Así que le pedí a Dios que purificara mi corazón, que me ayudara a servirle por amor, no por la aprobación de los demás. Y poco a poco, Él comenzó a cambiarme. Como he compartido con mi director espiritual y los misioneros identes aquí, seguir a Cristo no ha sido fácil. De hecho, ha sido realmente difícil. Pero, como sabiamente señalaron, Jesús nunca prometió una vida fácil. En Juan 16:33, Él dice: **“En este mundo tendréis aflicción. Pero ¡ánimo! Yo he vencido al mundo.”** ¿Ánimo? No sonaba muy convincente viniendo de mí. ¡Pero Jesús sí es convincente! Él reconoce las dificultades de seguirle y promete su presencia y fortaleza. Nos recuerda su victoria final. Esta promesa es lo que me sostiene en los desafíos que ha enfrentado mi familia. Y déjenme decirles, ¡ha sido una montaña rusa! ¿Alguien más en este viaje? (Estoy segura de que sí). Espiritualmente, las dificultades son una forma de purificación. La Biblia describe el sufrimiento como un medio por el cual Dios refina, fortalece y santifica a su pueblo. Como dice Hebreos 12:6-7: **“El Señor disciplina al que ama y azota a todo el que recibe como hijo.”** Dios permite las dificultades como una disciplina amorosa para hacernos más como Cristo. ¿Ven? Más dificultades = más disciplina amorosa. Suena divertido, ¿verdad? ¡No me hagan caso! Seguir a Cristo es algo serio. Al igual que la Virgen María, solo la voluntad de Dios debe reinar en nuestros corazones. Debemos elegir dejar de lado los motivos impuros y decir: **“Quiero solo lo que Dios quiere.”** A veces, nuestro corazón está nublado por motivaciones mixtas. Así que, ¡ten cuidado con tu corazón! Lo que he aprendido de estas experiencias es que la pureza de corazón significa ser completamente honestos con Dios y tener una devoción indivisa hacia Él. Se trata de servirle sinceramente, no por apariencia. ¡Eso solo lo hacemos en el escenario! Cuando nuestros corazones son puros, podemos ver verdaderamente a Dios. No solo en el cielo, sino aquí y ahora. Cuando elegimos ser puros de corazón, no necesitamos fingir. Podemos vivir en verdad, en paz y en una intimidad más profunda con Dios. Esforcémonos por tener una relación auténtica con Él y con los demás. Hoy te dejo con una pregunta: **¿Hay alguna parte de tu vida en la que tu corazón esté dividido? ¿Hay áreas en las que luchas con la honestidad ante Dios o los demás?** Si la respuesta es sí, no tengas miedo de entregárselo a Él. Es misericordioso y está listo para purificar nuestros corazones y acercarnos más a Él." ... Ver másVer menos

"La gran tentación, la que llevó a Adán al pecado, consiste en reescribir las reglas, decirle a Dios cuándo puede y cuándo no puede decirnos qué hacer, y así, vivir siendo nuestro propio dios. Como señala Benedicto XVI en su libro Jesús de Nazaret: En el centro de todas las tentaciones, como vemos aquí, está el acto de dejar a Dios a un lado, porque lo percibimos como secundario, si no realmente superfluo y molesto, en comparación con todos los asuntos aparentemente mucho más urgentes que llenan nuestras vidas.Este es el núcleo de las tres tentaciones y de todas las tentaciones a las que nos enfrentamos. Básicamente se trata de ocupar el lugar de Dios. Constantemente se nos pone a prueba en nuestra confianza en que Dios nos sostiene, nos protege y, de hecho, nos libera. Preferimos confiar en nuestra propia fuerza, experiencia y recursos que confiar en Dios y su Providencia. Pero, en última instancia, como dijo Chesterton (1874-1936), cuando el hombre deja de adorar a Dios no es que deje de adorar, sino que adora todo: las posesiones materiales, el poder, la aprobación y el afecto de los demás."📖 Sigue leyendo aquí el Comentario de p. Luis Casasús al Evangelio de este domingo 👇🏻: www.idente.org/evangelio-del-9-de-marzo/ ... Ver másVer menos

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