Con motivo de la celebración en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) del sesenta aniversario de nuestra Institución de Misioneras y Misioneros Identes, hemos tenido muchos momentos para dar gracias a Dios por la vida y el carisma que nos dejó Fernando Rielo, nuestro querido padre Fundador.
El viernes 28 de junio los estudiantes de nuestros colegios Martin Sappl I y II; Ciudad del Niño Jesús I, II y III; Néstor Suárez I y II, Guillermo Weise, realizaron una variada y talentosa presentación a nivel de teatro, cantos inéditos, poesías y exposiciones de la vida de nuestro Fundador.
Esta actividad fue gracias a una formación a los profesores de Religión junto al equipo pastoral en sus colegios. Durante la misma se les asistió dándoles materiales para preparar a sus estudiantes y fue sorprendente la entrega y pasión que pusieron en sus presentaciones. Se distinguieron dos categorías en los alumnos: ciclo primario y ciclo secundario. Los niños de la primaria presentaron la vida del Fundador y los pensamientos tomados de los libros de la Biografía y de Transfiguración. Los estudiantes de la secundaria representaron momentos de la vida de Fernando Rielo, canciones del disco de Flores Lluviosas y cantos inéditos compuestos por los mismos estudiantes como gratitud a la vida del Fundador.
Hay que reconocer y agradecer la labor realizada por los docentes quienes con mucha disposición, compromiso y alegría trabajaron para celebrar el sesenta aniversario de nuestra Institución.
El sábado 29 de junio por la mañana se tuvo una misa con todos los profesores de la Comunidad Educativa Ciudad del Niño Jesús seguida de una convivencia para seguir fortaleciendo el espíritu de familia con el que dicha comunidad se dedica a la educación humana y espiritual de tantos niños y adolescentes. Este fue el modo de agradecer a los profesores por la dedicación y entrega que brindan a los estudiantes, unidos al carisma de nuestra Institución.
Otro momento importante fue el almuerzo que se celebró ese día 29 de junio con la numerosa familia idente de Santa Cruz de la Sierra, en la que se vivieron momentos entrañables. Tras la comida se proyectaron videos sobre la vida del Fundador y las misiones que realizamos en todo el mundo. Posterior a ello se dio lectura a la lección espiritual enviada por el Presidente de nuestra institución de misioneros identes, P. Jesús Fernández, en conmemoración del 60 aniversario.
El aniversario de nuestro Instituto Idente siempre va unido al aniversario de nuestra parroquia San Pedro y San Pablo, que se realizó con la misa central del día domingo 30 de junio, presidida por el Arzobispo de Santa Cruz de la Sierra, Mons. Sergio Gualberti. El prelado nos felicitó por este sesenta aniversario así como también felicitó a todos los feligreses por los treinta y tres años de la parroquia. Posterior a la misa se realizó un ateneo con números artísticos preparados en cada capilla y con los niños de la catequesis lo cual fue un momento de especial alegría y disfrute.
En definitiva, un nuevo año para dar gracias a Dios por la misión que vivimos en estas tierras orientales fruto del sueño de nuestro padre Fundador.
!["El mundo puede cambiar desde el corazón"
(Papa Francisco, Encíclica Dilexit Nos)
"El Corazón de Cristo es éxtasis, es salida, es donación, es encuentro. En él nos volvemos capaces de relacionarnos de un modo sano y feliz, y de construir en este mundo el Reino de amor y de justicia. Nuestro corazón unido al de Cristo es capaz de este milagro social.
Tomar en serio el corazón tiene consecuencias sociales. Como enseña el Concilio Vaticano II, «tenemos todos que cambiar nuestros corazones, con los ojos puestos en el orbe entero y en aquellos trabajos que todos juntos podemos llevar a cabo para que nuestra generación mejore». Porque «los desequilibrios que fatigan al mundo moderno están conectados con ese otro desequilibrio fundamental que hunde sus raíces en el corazón humano». [21] Ante los dramas del mundo, el Concilio invita a volver al corazón, explicando que el ser humano «por su interioridad es, en efecto, superior al universo entero; a esta profunda interioridad retorna cuando entra dentro de su corazón, donde Dios le aguarda, escrutador de los corazones (cf. 1 S 16,7; Jr 17,10), y donde él personalmente, bajo la mirada de Dios, decide su propio destino».
Esto no significa confiar excesivamente en nosotros mismos. Tengamos cuidado: advirtamos que nuestro corazón no es autosuficiente; es frágil y está herido. Tiene una dignidad ontológica, pero al mismo tiempo debe buscar una vida más digna. Dice también el Concilio Vaticano II que «el fermento evangélico ha despertado y despierta en el corazón del hombre esta irrefrenable exigencia de la dignidad», aunque para vivir conforme a esa dignidad no nos basta conocer el Evangelio ni cumplir mecánicamente lo que nos manda. Necesitamos el auxilio del amor divino. Acudamos al Corazón de Cristo, ese centro de su ser, que es un horno ardiente de amor divino y humano y es la mayor plenitud que puede alcanzar lo humano. Allí, en ese Corazón es donde nos reconocemos finalmente a nosotros mismos y aprendemos a amar."](https://www.idente.org/wp-content/plugins/instagram-feed/img/placeholder.png)
