Abrazando el Espíritu del Martirio: Primer Motus Christi en Seúl-Corea![]()
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El retiro tuvo lugar en el histórico Santuario Jeoldusan de los Mártires de Corea, un lugar que dio un significado especial al tema del día: *Vivir el espíritu del martirio*. Durante la jornada, los asistentes participaron en la Eucaristía, conocieron la profunda historia de los mártires coreanos y reflexionaron en grupos pequeños sobre el testimonio de sus vidas. Una participante no religiosa comentó: «Admiro a personas como los mártires, que tuvieron un propósito por el cual valía la pena morir. Yo quiero vivir con esa convicción». ![]()
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El retiro incluyó charlas inspiradoras y testimonios de los misioneros. El P. Michael, misionero idente coreano, invitó a confiar en Dios Padre, recordando que “Él siempre da frutos para quienes trabajan y se sacrifican por Él y por los demás”.![]()
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Los participantes expresaron su gratitud por esta experiencia, resaltando el amor y las profundas enseñanzas vividas. Agradecieron especialmente la presencia de Marisa, misionera idente que viajó desde Japón, y dieron una cálida bienvenida a Reyes, que ahora reside en Seúl.![]()
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Este primer Motus Christi en Seúl marcó un paso importante para el crecimiento espiritual y la unidad, dejando una huella imborrable en todos los asistentes.
"El Bautismo de Jesús es un acto genial. No sólo significa un gesto de humildad, inesperado en quien no conoció el pecado original, sino el signo visible de la destrucción de nuestros pecados, con los cuales cargó y por los cuales quiso morir en la Cruz.![]()
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No creo que muchos superiores, líderes o dirigentes pudieran tener una idea semejante. Creerían que un gesto de ese tipo podría debilitar su autoridad moral y, además socavar la confianza de los suyos, necesitados de un guía perfecto e irreprochable.![]()
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Por supuesto, la respuesta de nuestro Padre celestial no se hizo esperar: «Tú eres mi hijo; el Amado, en ti me he complacido». Ese gesto me complace, Hijo. ![]()
Llamamos a Cristo, con toda razón, Maestro, Mesías, Redentor, Cordero, Pastor, Camino, Verdad y Vida… Pero el nombre que nuestro Padre celestial le da es Hijo. No podemos dudar que, cada vez que doy un paso para limpiar mis pecados, sin necesidad de ver ninguna imagen ni oír ninguna voz, tendré la misma respuesta de nuestro Padre celestial. Después de la confesión, de pedir perdón por hacer algo indebido o compartir mis faltas con mi director espiritual o rector, me sentiré hijo, acompañado, amado y -por tanto- con la luz y la fuerza que me permitan afrontar las dificultades y la misión."![]()
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