“Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y encontraréis descanso para vuestras almas” (Mt 11, 28-30).
Un saludo delante de Cristo, la lectura del paso del Evangelio antes citado y algunos minutos de silencio: así comenzó el Motus Christi en Bolonia para jóvenes del norte de Italia que se realizó del 24 al 26 de noviembre. El tema central del retiro fue “Mirar la tierra desde el cielo”. Y así fue. En estos dos días de convivencia en los que “más de dos estábamos reunidos en el nombre de Cristo”, nos sentimos verdaderos habitantes del cielo. “Este cielo es mi casa y no quiero irme de aquí nunca más”, decía una joven al terminar el encuentro.
Entre meditaciones, momentos de oración, de convivencia y artísticos, fueron días en los que cada uno se abandonó completamente a Cristo para encontrar, a pesar de sufrimientos y ocupaciones, la paz y el descanso que el Padre, Cristo y el Espíritu Santo nos quieren dar. Otra joven decía “llegué con mi vida en alta turbia, llena de algas, hierbas y muchísimas cosas más. Con Cristo se ha convertido en un mar tranquillo en el cual navegar: este ha sido mi Motus Christi”. Un encuentro lleno de sinceridad juvenil que grita a Cristo, como se decía en la conferencia final: “te amo con todo mi ser. Heme aquí, con todas mis debilidades. Pero te amo, Tú lo sabes”.
El encuentro, al que participaron jóvenes provenientes de Turín y de Bolonia se realizó en el convento de la Observancia, situado en un monte que está a poquísimos minutos del centro de la ciudad, para encontrar el alivio y descanso verdaderos que solo Cristo puede dar. La observancia es un convento del Orden franciscano de los Frailes Menores que fue de gran importancia en el siglo XV, por el que pasaron San Bernardino de Siena, San Antonio de Padua, San Juan de Capistrano y muchos otros.