On Saturday 26 October, the Convent of Santa Maria degli Angeli opened its doors to announce the state and projects for this beautiful historical and cultural heritage of Busseto: birthplace of Giuseppe Verdi located in the province of Parma-Italy. It was an initiative carried out thanks to the Association of Friends of the Convent: an association that was formed in 2017 with the objective of helping the Idente missionaries to give back to this complex the importance it has always had for the city and its surroundings, as an important spiritual and cultural center.
The day began with a guided tour of the most important places of the convent. Then, in the presence of the mayor of the city; an envoy of the bishop of the diocese of Fidenza; other local authorities; and the population of Busseto; in the light of the presentation of the architectural state of the convent by the civil engineer and the architect in charge of the restoration work, the Idente missionaries illustrated to all present several of the projects that exist for this complex, many of which are already underway. The Mass was then celebrated with the presence of a quartet of arches who, with great quality, accompanied the celebration with their art. Everything ended with an aperitif, around which all the “Bussetan family” gathered, for whom this convent represents a very dear place.
Despite the risk to its structure due to a ground subsidence of almost 18 centimeters, the convent is now safe. According to the project, in 2021 the works will be finished which will reinforce the seismic resistance to then proceed to the restoration of the complex and the endowment of everything necessary for the ambitious project.
!["El mundo puede cambiar desde el corazón"
(Papa Francisco, Encíclica Dilexit Nos)
"El Corazón de Cristo es éxtasis, es salida, es donación, es encuentro. En él nos volvemos capaces de relacionarnos de un modo sano y feliz, y de construir en este mundo el Reino de amor y de justicia. Nuestro corazón unido al de Cristo es capaz de este milagro social.
Tomar en serio el corazón tiene consecuencias sociales. Como enseña el Concilio Vaticano II, «tenemos todos que cambiar nuestros corazones, con los ojos puestos en el orbe entero y en aquellos trabajos que todos juntos podemos llevar a cabo para que nuestra generación mejore». Porque «los desequilibrios que fatigan al mundo moderno están conectados con ese otro desequilibrio fundamental que hunde sus raíces en el corazón humano». [21] Ante los dramas del mundo, el Concilio invita a volver al corazón, explicando que el ser humano «por su interioridad es, en efecto, superior al universo entero; a esta profunda interioridad retorna cuando entra dentro de su corazón, donde Dios le aguarda, escrutador de los corazones (cf. 1 S 16,7; Jr 17,10), y donde él personalmente, bajo la mirada de Dios, decide su propio destino».
Esto no significa confiar excesivamente en nosotros mismos. Tengamos cuidado: advirtamos que nuestro corazón no es autosuficiente; es frágil y está herido. Tiene una dignidad ontológica, pero al mismo tiempo debe buscar una vida más digna. Dice también el Concilio Vaticano II que «el fermento evangélico ha despertado y despierta en el corazón del hombre esta irrefrenable exigencia de la dignidad», aunque para vivir conforme a esa dignidad no nos basta conocer el Evangelio ni cumplir mecánicamente lo que nos manda. Necesitamos el auxilio del amor divino. Acudamos al Corazón de Cristo, ese centro de su ser, que es un horno ardiente de amor divino y humano y es la mayor plenitud que puede alcanzar lo humano. Allí, en ese Corazón es donde nos reconocemos finalmente a nosotros mismos y aprendemos a amar."](https://www.idente.org/wp-content/plugins/instagram-feed/img/placeholder.png)
