Un año más, miles de personas de toda España se hicieron presente en Javier a pesar de las condiciones meteorológicas adversas, especialmente en las dos grandes Javieradas del 4 y 10 de Marzo en honor al gran santo navarro: San Francisco de Javier. Este año el lema fue ¿Qué buscáis? Pregunta que se ha ido reflexionado y profundizando, día tras día, en la Novena de la gracia, que es del 4 al 12 de Marzo, y en donde tienen el encuentro de forma alternativa: la vida consagrada, los sacerdotes de la diócesis, los monasterios y las distintas regiones de Navarra. Todos vienen para honrar a su Patrón. Esta misma pregunta ha sido el eje de todas las peregrinaciones que se han realizado para celebrar las Javieradas.
El Centro Diocesano Javier, del cual son responsables las misioneras y misioneros Identes, es un lugar neurálgico de esta celebración, porque es donde la mayoría de autobuses y coches se estacionan. En el interior del Centro se albergaron hasta 1.200 peregrinos.
En la primera Javierada, al igual que los años anteriores, vinieron el grupo de salesianos de Huesca, que llevan 35 años haciendo la peregrinación y vienen caminando atravesando monte y ríos con un objetivo: convertirse de “montañeros en peregrinos”. También distintos grupos peregrinos de parroquias de Tudela, Corella y Pamplona, así como grupos scouts de Pamplona. En la segunda Javierada la Delegación Pastoral de Madrid ocupó casi todo el Centro, pues era 700 jóvenes. Del mismo modo, al igual que otros años, estaba un grupo de Valencia.
Las Javieradas para las misioneras Identes son de gran alegría, pues tienen la oportunidad de hacer que los peregrinos descansen en su camino y se preparen para el día siguiente que es la gran celebración, cuyo centro es el Via Crucis y la misa campal, presididas por el Arzobispo de Pamplona y Tudela, Mons. Francisco Pérez. Además de la acogida, las misioneras tuvieron la oportunidad de encontrarse y compartir con muchos jóvenes, además de acompañarles en los actos litúrgicos que se celebraron.
!["El mundo puede cambiar desde el corazón"
(Papa Francisco, Encíclica Dilexit Nos)
"El Corazón de Cristo es éxtasis, es salida, es donación, es encuentro. En él nos volvemos capaces de relacionarnos de un modo sano y feliz, y de construir en este mundo el Reino de amor y de justicia. Nuestro corazón unido al de Cristo es capaz de este milagro social.
Tomar en serio el corazón tiene consecuencias sociales. Como enseña el Concilio Vaticano II, «tenemos todos que cambiar nuestros corazones, con los ojos puestos en el orbe entero y en aquellos trabajos que todos juntos podemos llevar a cabo para que nuestra generación mejore». Porque «los desequilibrios que fatigan al mundo moderno están conectados con ese otro desequilibrio fundamental que hunde sus raíces en el corazón humano». [21] Ante los dramas del mundo, el Concilio invita a volver al corazón, explicando que el ser humano «por su interioridad es, en efecto, superior al universo entero; a esta profunda interioridad retorna cuando entra dentro de su corazón, donde Dios le aguarda, escrutador de los corazones (cf. 1 S 16,7; Jr 17,10), y donde él personalmente, bajo la mirada de Dios, decide su propio destino».
Esto no significa confiar excesivamente en nosotros mismos. Tengamos cuidado: advirtamos que nuestro corazón no es autosuficiente; es frágil y está herido. Tiene una dignidad ontológica, pero al mismo tiempo debe buscar una vida más digna. Dice también el Concilio Vaticano II que «el fermento evangélico ha despertado y despierta en el corazón del hombre esta irrefrenable exigencia de la dignidad», aunque para vivir conforme a esa dignidad no nos basta conocer el Evangelio ni cumplir mecánicamente lo que nos manda. Necesitamos el auxilio del amor divino. Acudamos al Corazón de Cristo, ese centro de su ser, que es un horno ardiente de amor divino y humano y es la mayor plenitud que puede alcanzar lo humano. Allí, en ese Corazón es donde nos reconocemos finalmente a nosotros mismos y aprendemos a amar."](https://www.idente.org/wp-content/plugins/instagram-feed/img/placeholder.png)
